domingo, 23 de febrero de 2014

El Fantasma de Alto Corazón (1)



Hace ya dos años que George R. R. Martin visitó el festival Celsius 232 que se celebra en Avilés y en una de las múltiples entrevistas que concedió durante esos días comentó: “Las profecías son, como sabes, una espada de doble filo. Cuanto más las intentas evitar, más te acercas a que se hagan realidad.” (aquí). Evidentemente el escritor americano sabe de lo que habla, ya que no en vano en su saga Canción de Hielo y Fuego abundan las profecías, así como las visiones (tanto del pasado como del futuro) que tienen diversos personajes. La mayor parte de las visiones del futuro acaban por cumplirse de forma inevitable, como indicando que en el mundo de Poniente existe un destino que no se puede eludir, aunque quizá si atisbar si se presta la suficiente atención a las señales.
Uno de los personajes que más tiene que ver con el complejo tema de las profecías es la extraña anciana sin nombre conocida simplemente como el Fantasma de Alto Corazón. En Tormenta de espadas Arya es capturada por los bandidos de la Hermandad sin Estandartes y estos la llevan hasta un lugar llamado Alto Corazón, una colina situada al sur de Aguasdulces. En la novela es descrita como

una colina tan alta que a Arya le pareció que desde allí arriba se podía ver medio mundo. En la cima había un círculo de grandes tocones blanquecinos, lo único que quedaba de lo que otrora fueran poderosos arcianos. Arya y Gendry rodearon la cima para contarlos. Había treinta y uno, y algunos eran tan anchos que le habrían servido de cama.
Según le contó Tom de Sietecauces, Alto Corazón había sido un lugar sagrado para los hijos del bosque, y parte de su magia permanecía en aquel lugar. (…) Según le dijo Tom, los lugareños evitaban aquel paraje; se decía que estaba hechizado por los fantasmas de los hijos del bosque que habían muerto allí cuando el rey ándalo llamado Erreg el Matarreyes había talado su bosque.”

Como vemos el lugar en sí parece bastante mágico, uno de los lugares del sur de Poniente donde antaño había arcianos y relacionado con los misteriosos hijos del bosque. Su fama entre la gente sencilla es de un lugar embrujado y lleno de fantasmas al que no suelen acercarse. Pues bien esa misma noche Arya se despierta de madrugada y descubre que los bandidos están hablando con

una mujer diminuta, un palmo más bajo que la propia Arya, más vieja que la Vieja Tata, toda encorvada y arrugada, apoyada en un nudoso bastón negro. Tenía el cabello blanco tan largo que casi le llegaba al suelo. Cuando el viento se lo agitaba, le rodeaba la cabeza como una nube tenue. Tenía la piel aún más blanca, del color de la leche, y a Arya le pareció que sus ojos eran rojos, aunque desde su escondite entre los arbustos no habría podido jurarlo.

Si la descripción de la anciana ya es de por sí lo bastante llamativa, son sus palabras con los bandidos seguidores de Lord Beric Dondarrion las que más nos interesan.

-Los antiguos dioses están inquietos y no me dejan dormir –oyó decir a la mujer-. Soñé, y vi una sombra con un corazón llameante que mataba a un venado de oro, así fue. Soñé  con un hombre sin rostro que aguardaba en un puente que se balanceaba y oscilaba. Tenía en el hombro un cuervo ahogado con algas colgando de las alas. Soñé con un río turbulento y una mujer que era un pez. Las aguas la arrastraban, muerta estaba, con lágrimas rojas en las mejillas, pero los ojos se le abrieron, y el terror me despertó.

A cambio de sus sueños, la extraña anciana le pide a Tom Siete, el bardo, una canción. A la mañana siguiente la anciana ya no está, pero Arya interroga a Tom al respecto.

-¿Era un fantasma? 
-¿Se quejan los fantasmas de que les duelen las articulaciones? No, no es más que una vieja enana. Un bicho raro y malo. Pero sabe cosas que no debería saber y, a veces, cuando alguien le cae en gracia, se las dice.
-¿Vos le caéis en gracia? –preguntó Arya, incrédula. 
-Al menos le gusta como canto –dijo el bardo riéndose-. Pero siempre quiere que le cante la misma canción de mierda. Bueno, no es que la canción sea mala, pero me sé otras igual de buenas.

Como vemos los bandidos saben que la anciana tiene poderes para averiguar cosas, o si lo llamamos de otra manera el don de la visión (algo que al parecer tenían los verdevidentes de los hijos del bosque, los adoradores de los árboles corazón como los que crecían antiguamente en Alto Corazón). Después de leer Tormenta de espadas no es muy difícil identificar los sucesos con los que sueña el Fantasma de Alto Corazón, sueños donde se mezclan sucesos pasados y futuros. El primer sueño trata de la muerte de Renly Baratheon a manos del espectro fruto de la brujería de Melisandre de Asshai (que ocurrió en el libro anterior de la saga, Choque de Reyes).
El segundo sueño es más oscuro, pero parece predecir la muerte del Rey de las Islas del Hierro, Balon Greyjoy, que al final de Tormenta de espadas se cae de uno de los puentes colgantes de Pyke y aparece ahogado varios días después en la costa.
El último sueño probablemente sea el más claro de todas las visiones: la mujer-pez que flota muerta en un río es Catelyn Tully (recordemos que después de la Boda Roja los Frey arrojarán su cadáver al Forca Verde como burla de las costumbres funerarias de la casa Tully), y el Fantasma de Alto Corazón ve su futura resurrección gracias a la intervención de Thoros de Myr y Lord Beric.

Más adelante en el mismo libro los bandidos logran encontrar al esquivo Lord Beric y en su compañía Arya regresa a Alto Corazón. De nuevo en medio de la noche la joven Stark observa, escondida, como los bandidos interrogan a la pequeña y arruga anciana.

-Vino agrio para noticias agrias; sin duda, muy apropiado. El Rey ha muerto, ¿qué os parece?

-¡El Rey, como si hubiera pocos! ¿A que Rey te refieres, bruja? –preguntó Lim sin miramientos.

-El mojado. El rey kraken, mis señores. Soñé que moría y murió, y ahora los pulpos de hierro se enfrentan entre sí. Ah, y Lord Hoster Tully también ha muerto, pero eso ya lo sabíais, ¿verdad? En la sala de los reyes, la Cabra está sentada en solitario, febril, mientras sobre él se cierne la sombra del gran perro 1. (…) Soñé con un lobo que aullaba bajo la lluvia, pero nadie oía su dolor 2. Soñé con un clamor tal que pensé que me estallaría la cabeza, tambores, cuernos, gaitas y gritos, pero el sonido más triste era el de las campanillas 3. Soñé con una doncella que estaba en un banquete, con serpientes moradas en los cabellos y veneno en los colmillos 4. Y después volví a soñar con esa doncella, que mataba a un cruel gigante en un castillo de nieve 5. –Giró la cabeza de repente y sonrió en la penumbra, con los ojos clavados en Arya-. De mí no te puedes esconder, chiquilla. Ven, acércate.

Arye sintió como si unos dedos gélidos le recorrieran el cuello. “El miedo hiere más que las espadas”, se recordó. Se levantó y se aproximó al fuego con cautela; caminaba sobre la mitad delantera de los pies, presta a huir.

-Te veo –susurró la enana escrutándola con los ojos rojos y nublados-. Te veo, niña lobo. Niña de sangre. Creía que era el señor el que olía a muerte… -Empezó a llorar con sollozos que estremecían su menudo cuerpo-. Es muy cruel que hayas venido a mi colina, muy cruel. Ya me ahogé con el dolor de Refugio Estival; no quiero además el tuyo. Vete de aquí, corazón oscuro. ¡Vete!

Nuevamente el Fantasma de Alto Corazón demuestra en esta conversación que es capaz de ver el futuro en sus sueños, aunque de una manera un tanto enrevesada. Les recuerda a los bandidos como predijo la muerte del Rey Balon Greyjoy y de nuevo nos habla de sucesos que están por venir:
1-La Cabra (Vargo Hoat) enfermando en Harrenhal a causa del muerdo que le da Brienne de Tarth, mientras Gregor Clegane marcha hacia la descomunal fortaleza para tomarla.
2-Vientro Gris aullando encerrado en las perreras de Los Gemelos, tratando de avisar a Robb Stark de la traición.
3-El sonido de la banda de música tocando mientras masacran a los invitados en la Boda Roja, así como las campanillas del hijo retrasado de Lord Frey, Cascabel.
4-La doncella con flores moradas y veneno en los cabellos es Sansa durante la boda de Joffrey, en una clara referencia a su redecilla del pelo donde está oculto el veneno que matará al Rey.
5-La última visión es quizá la más irrelevante (en apariencia): es el momento en que Sansa, ya en el Nido de Águilas, rompe el muñeco con el que juega el infantil Robert Arryn (recordemos que el niño utiliza el muñeco como un “gigante” que destruye la fortaleza de nieve que ha construido Sansa a imagen de Invernalia).
En definitiva parece bastante claro que el Fantasma de Alto Corazón tiene visiones proféticas, lo que los verdevidentes llamaban “sueños verdes”, algo que parece relacionarla con los antiguos dioses y los arcianos. La misma anciana le dice a Thoros de Myr “aquí no podéis ver nada. Este lugar aún pertenece a los viejos dioses… Se aferran a él como yo, encogidos y débiles, pero todavía no han muerto”. La pregunta es ¿podemos saber algo más de tan misterioso personaje? ¿Está su figura relacionada con algunos de los momentos más importantes de la historia de los Siete Reinos?

Continúa en la Segunda parte

5 comentarios:

  1. "Ya me ahogué con el dolor de Refugio Estival..." Eso me da que pensar...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Precisamente en la segunda parte de este artículo trataré de las relaciones del Fantasma de Alto Corazón con Refugio Estival, que son varias y muy interesantes :)

      Eliminar
  2. Theon también tuvo una premonición de la muerte de Robb. Fue cuando tomó Winterfell, y soñó que estaba en el banquete de bienvenida que Ned le ofreció a Robert. Entonces notó que todos los invitados estaban muertos, Robert con las entrañas en la mesa, Ned decapitado. También llegó a ver a Rickard Stark, con Lyanna y Brandon. Y de repente, vio que Robb irrumpía furioso en el salón, junto a Viento Gris. Ambos mostraban heridas sangrantes por todo el cuerpo, y ello aterró tanto a Theon que despertó gritando. Pero en un principio él no llegó a entender lo que eso significaba. Vemos que esas heridas que tenían Robb y su huargo eran producto de las flechas que iban a recibir en la Boda Roja.

    ResponderEliminar